Maltrato contra el Hombre





Hay muchas razones por las que no sabemos más acerca de la violencia doméstica contra los hombres. No hay reglas absolutas para la comprensión de las diferencias emocionales entre hombres y mujeres. Pero hay principios y las dinámicas que permiten la interpretación de las situaciones individuales. 

El abuso doméstico y la violencia contra los hombres y las mujeres tienen algunas similitudes y diferencias. El abuso doméstico también puede ser mental o emocional. Sin embargo, lo que va a herir a un hombre mentalmente y emocionalmente, en algunos casos puede ser muy diferente de lo que duele una mujer. Para algunos hombres, ser llamado un cobarde, impotente o un fracaso puede tener un impacto psicológico muy diferente de lo que en las mujeres. Poco amable y las crueles palabras duelen, pero puede hacer daño de diferentes maneras y persisten en diferentes formas.

Un hombre maltratado es aquel que es habitualmente agredido, en forma física o verbal, por su esposa, sus hijos o por quienes conviven con él. La percepción común es que los hombres nunca son las víctimas de la violencia doméstica, A un hombre le cuesta admitirlo.

El factor de riesgo o de vulnerabilidad es el sólo hecho de ser mujer, hace que la sociedad tache al hombre maltratado de masoquista, “si se deja es porque le gusta”, sin tomar en cuenta el poder emocional y psicológico que la agresora ejerce sobre su víctima, en muchas ocasiones anulándolo por completo, dejando lo a su merced para ser, inclusive, torturado físicamente.

El negarle a un padre ver a sus hijos como medio de venganza, es una de las formas de violencia más comunes que existen, avalada por la mayoría de sistemas judiciales y amparada por un feminismo desmedido.

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